WOLFI. Torca Fria - Cueva del Lobo
LUGARES OCULTOS. Red del Gándara
SIMPLE Y DOBLE. Sima Tibia-Cueva Fresca
Hola amigos:
Espeleo50, es un colectivo de espeleólogos con mucha experiencia y federados en la FME.
Somos ya un poco maduritos, pero todavía con ganas de guerra.
Ahora ya podéis seguir nuestras nuevas aventuras en este blog.
Un saludo,
Espeleo50 team
WOLFI. Torca Fria - Cueva del Lobo
LUGARES OCULTOS. Red del Gándara
SIMPLE Y DOBLE. Sima Tibia-Cueva Fresca
Cuando llegué ya estaba allí el coche de Zaca que había venido con tres compañeros más conduciendo él todo el camino. Se quejo amargamente de haber tenido que currárselo todo sin poder emborracharse ni ná. Mientras les ponía al tanto de novedades espeleológicas en Asón y en Cantabría aparecieron el resto de compañeros. Félix venía conduciendo el otro coche. En total éramos, incluyéndome, 10 personas. Además al día siguiente aparecio a las 9 de la mañana Miguel, un médico al que le gustan las aventuras que vive en Balmaseda. Entre Felix, Chicha y Zaca fui sometido a un interrogatorio de información espeleológica y de detalles sobre la cueva.“El albergue El Carrascal tiene una buena cocina, una amplio sala, una sala de estar o comedor y, como añadido, una suite nupcial -con jacuzzi incluido- que debe hacer furor en Soba”. Durante la noche mis sueños fueron amenizados por los silbidos del huracán exterior aderezados por tres tipos de ronquidos diferentes. A pesar de todo conseguí dormir placidamente a intervalos y me levante de buen humor.
Nada más asomar la nariz nos dimos cuenta de que llegar a la cueva, aunque esté a cinco minutos del coche, no iba a ser fácil. Algunos paisanos acostumbrados a ver llover en la Cornisa Cantábrica comenzaron a pensar que se avecinaba el Diluvio Universal. Jamás habían visto tanta agua salir por todas las surgencias del valle. La cascada del Asón se asemejaba a las cataratas de Niágara. Miguel fue a comprar sin éxito, debido -quizás- a que la tienda no estaba abierta por la pereza de las dependientas en un día así, bolsas de basura grandes para improvisar impermeables. Además habían algunos paraguas que funcionaban a intervalos cuando el viento lo permitía. Félix de la Llave opto directamente por no meterse en la cueva.
Los preparativos, tediosos y pesados, se complicaron. Cada uno se busco un rincón por la casa para extender sus cosas. El problema principal fue ajustar los arneses y recordar como se colocaba cada aparato. Los carbureros, apagados quizás durante años, también requirieron la atención de un niño malcriado. Pronto se vio que el carburo escaseaba. Me dedique a recorrer los pequeños tumultos originados por cada espeleologo. Chicha se acababa de comprar un nuevo croll que me mostró con satisfacción. Al viejo le quedaba 1mm. para cascar por el orificio inferior. Félix se jacto de unos guantes de fregadero agujereados que, según el, eran buenísimos y que le habían durado años y años(¿?). Creo que a las once nos fuimos en dos coches, el de Miguel el médico y el de Zaca, a aparcar en el cruce del Puerto de la Sía. Como no tenía impermeable me puse una bolsa de basura agujereada para la ocasión.
De subida hacia Astrana me encuentro bajando al coche de Pepe en el que van Chicha, Hugo y Miky. Me cuentan parte de la batalla pero los detalles me los cuenta Miguel a la mañana siguiente. Tras el paso del lago tuvieron un problema con el bote: eran incapaces de desinflarlo. No me enteré del todo como consiguieron al final jibarizarlo si a navajazos o con maña. Más tarde Chicha se quedo bloqueado por una mala posición de los mosquetones en una de las tirolinas. Después de varios intentos frustrados de desbloqueo, incluido el que un sufrido espeleologo empujase desde abajo del lago para liberar de peso, una cuerda pasada por un mosquetón consigue izar un poco a Chicha y así desbloquear todo el tinglado. Miguel me comenta algunos problemas más que surgieron en el paso de las marmitas; pero finalmente consiguieron resolverlos todos y colocarse en el pozo de salida. Sin embargo la cuerda había desaparecido. En realidad no, solo estaba subido el cabo final hasta una repisa a unos cinco metros de altura. Después de pensarlo Miguel se dio en solo integral los resbaladizos pasos hasta el cabo de la cuerda consiguiendo así liberarse y liberar a los otros tres Miky, Antonio J. y Chicha de la trampa del Mortero.
Realmente estábamos muy contentos del hallazgo. Si en la primera bocamina habíamos encontrado esto seguramente debe haber mucho más. Durante la salida descubrimos un pasillo escalonado que permitía bajar del segundo al tercer nivel sin necesidad de utilizar el pozo ramposo. Atardecía sin prisa y volvimos a los coches caminando con placer. Para celebrar nuestra suerte fuimos a un bar de pescadores en Isla Plana y nos bebimos unas cervezas con mejillones. Mavil se quedo con Dani a vivaquear en la cercana Cueva del Agua para entrar al día siguiente en la Sima Destapada. Los demás volvimos a casa.