Sábado 8 de Mayo del 2010
Por Miguel Angel Chicharro
Coordenadas UTM (Datum E50):
Reñada Boca Inferior: 30 T 450453 4795759 - Altura: 200m
Reñada Boca Superior: 30 T 450437 4795703 - Altura: 210m
Parking Coteron: 30 T 451717 4795556 - Altura: 230m
Boca Coteron: 30 T 451252 4795391 - Altura: 360m
Fotos (Antonio J.Gordon)
Fotos (Miguel F.Liria)
Video
Entrada INFERIOR al Cuvío de la Reñada
Varios miembros de Espeleo50 (Zaca, Micky, Pepe, Miguel, Antonio, Hugo y Chicha), por fin decidimos acometer una de las travesías clásicas cántabras, la famosa travesía Torca de Coterón - Cuvio de la Reñada.Para ello, el viernes, nos desplazamos en 2 coches desde Madrid y establecemos en mi apartamento de Gibaja nuestro cuartel general. Hemos quedado con Miguel para que se pase sobre las 8 de la mañana del sábado por allí. A pesar de la temprana hora a la que hemos quedado con Miguel, la cena, los cubatas y el mus hacen que nos acostemos más tarde de lo debido. Pepe pone el despertador a las 7 y a pesar de sus ronquidos por fin todos conciliamos el sueño.
El dichoso despertador de Pepe ataca a la hora prevista, pero no por ello inoportuna. Empieza el movimiento y poco a poco vamos desayunando y preparándonos. Por fin llega Miguel, como siempre puntual y en 2 coches nos vamos para Matienzo.
Después de mucho tiempo deseando visitar este sistema, llega el ansiado momento. Nadie del equipo conoce la travesía, ni siquiera la situación de las cavidades, pero después de leer y releer descripciones de la misma y de ver atentamente las topos con la información acumulada en Internet y otros medios, decidimos visitar el ramal corto de la travesía, el ramal Reñada.
Como obligada medida de precaución al hacer cualquiera de las travesías en este sistema, y más teniendo en cuenta que ha habido lluvias de cierta intensidad en la zona a lo largo de la semana, nos dirigimos a controlar como anda el nível del agua en el llamado "agujero soplador" del cuvío de la Reñada. Una vez aparcados los coches en el camino que nos deja a escasos 250 m. de la entrada, nos equipamos todos, pero solo entran para ver como está el paso Zaca, Pepe y Antonio. En teoría en 5' el asunto debía estar comprobado, pero no contábamos con que en vez de entrar por la boca inferior del Cuvío de la Reñada (la quetiene la placa en memoria del espeleólogo inglés fallecido en accidente en 1992), la comprobación se debía hacer por la boca superior (que está a escasos 50 m de distancia pero a más altura). Después de un buen rato buscando el agujero soplador, lo único que han conseguido es que Pepe salga empapado y lleno de barro hasta las orejas. Consultamos de nuevo la información, y las topos, vemos que tenemos que localizar una entrada superior. Los 7 emprendemos la búsqueda y tras 5' queda localizada esta entrada.
Rápidamente se comprueba que el agujero soplador no está sifonado, para ello Zaca se ha tenido que mojar hasta la cintura en las frías aguas del lago anterior al paso. Volvemos de nuevo a los coches y saliendo marcha atrás por el camino, salimos a la carretera para ir a dejar los coches en el inicio del camino de subida a la torca del Coterón. Zaca se encuentra renqueante con un fuerte dolor en una de sus muñecas (debido a una caída reciente mientras montaba en bici), y por ello decide inteligentemente no entrar a hacer la travesía. Pepe después de haberse mojado y embarrado en la búsqueda del agujero soplador dice que no le apetece entrar y se ofrece a desinstalar el domingo (hemos decidido dejar todo instalado al no comprobar el otro paso conflictivo de la travesía, el famoso "duck"), de esta forma acompañará a Zaca.
Una vez preparadas todas las cosas y con los achiperres al hombro, iniciamos la subida a la entrada de la torca del Coterón, la cual localizamos rápidamente (en unos 20' desde los coches ) con ayuda del GPS.
Rápidamente se comprueba que el agujero soplador no está sifonado, para ello Zaca se ha tenido que mojar hasta la cintura en las frías aguas del lago anterior al paso. Volvemos de nuevo a los coches y saliendo marcha atrás por el camino, salimos a la carretera para ir a dejar los coches en el inicio del camino de subida a la torca del Coterón. Zaca se encuentra renqueante con un fuerte dolor en una de sus muñecas (debido a una caída reciente mientras montaba en bici), y por ello decide inteligentemente no entrar a hacer la travesía. Pepe después de haberse mojado y embarrado en la búsqueda del agujero soplador dice que no le apetece entrar y se ofrece a desinstalar el domingo (hemos decidido dejar todo instalado al no comprobar el otro paso conflictivo de la travesía, el famoso "duck"), de esta forma acompañará a Zaca.
Una vez preparadas todas las cosas y con los achiperres al hombro, iniciamos la subida a la entrada de la torca del Coterón, la cual localizamos rápidamente (en unos 20' desde los coches ) con ayuda del GPS.
Antonio se pone a instalar el pozo de entrada de 52 m. son las 13:00, mientras los demás esperamos. Súbitamente, Pepe se arrepiente de su decisión anterior y decide que quiere meterse, rápidamente baja de nuevo hacia los coches y sube otra vez con su equipo personal para juntarse a nosotros en la travesía, sabia decisión. Lentamente vamos bajando todos el pozo de entrada y por fin iniciamos la travesía. Zaca se queda fuera y se dedica a dejar los coches cerca del Cuvío de la Reñada para cuando salgamos y a pasear por la zona.
El aterrizaje bajando el P52 en las galerías de la torca del Coterón, es bien agradable por su tamaño y sus bonitas formaciones, dejando un buen sabor de boca al recién llegado. Rápidamente la galería comienza a descender y alcanzamos el P13, que presenta 2 fraccionamientos, los anclajes y la cuerda no están en muy buenas condiciones (convendría cambiarlas pronto), con cuidado vamos todos bajando, conviene dejar espacio al compañero y tener bastante cuidado con las numerosas piedras en la cabecera del pozo, yo sin apenas moverme conseguí tirar 2 piedras a Pepe, que evidentemente, le hizo responder con algún improperio malsonante, que maleducado, como si en todos los años que lleva haciendo espeleo no le hubieran tirado piedras más gordas estando colgado de la cuerda.
The Egde of the World
Bajando el P13, nos escindimos en 2 grupos, los 3 que iban delante, Antonio, Hugo y Miguel, se adelantaron para llegar a la llamada Sala del Borde del Mundo y salieron raudos en busca de una galería (Marvin Marvels) que sale de esta misma sala (un poco a la derecha y en sentido inverso según se llega a la sala) y que según la descripción de los ingleses es de las más bonitas del sistema. Cuando llegamos el 2º grupo: Chicha, Pepe y Micky, vimos la saca dejada por nuestros amigos, pero la imprecisión de la topo fotocopiada que llevábamos me hizo empeñarme en que la citada galería se tenía que coger a la izquierda según accediamos a la sala y claro, no hubo manera de encontrarla, dedicamos unos cuantos improperios a nuestros amigos por no habernos esperado (esta vez Pepe a pesar de las piedras que le tiré en el P13 hizo causa común conmigo y Micky tampoco dudo en ponerles a parir). Después de varios intentos de localizar la dichosa galería, decidimos esperar tranquilamente a que volvieran los 3, no paso mucho tiempo antes de que aparecieran, los mamones llevaban una topo mucho mejor detallada y que claramente indicaba el camino a seguir para localizarla.
Marvin Marvels
Una vez agrupados de nuevo, reemprendemos la marcha, la galería por la que se continúa es grande y cómoda, está muy bien balizada y en pocos minutos alcanzamos la cabecera del negro pozo de 69m, los que pretendan hacer el ramal de Codisera en la travesía, deben estar atentos para no pasarse del desvio y evitar así perder tiempo.
Una vez en la cabecera del P69, Antonio de nuevo, emprende la instalación del mismo, hay un largo pasamanos que conduce al primer tramo vertical, allí, se encuentra con que las cuerdas de esta instalación, están en mal estado, con flores de cierta importancia ya en las cocas, por ello, procede a reinstalar este tramo con una nueva cuerda, 2 m. más abajo está el fraccionamiento que conduce ya al tramo más largo a rapelar en este pozo. Los minutos pasan lentamente y la espera se hace larga, Miguel aprovecha y hace unas cuantas fotos, mientras, Pepe se queda un rato dormido diciendo Hugo que estaba junto a él, que ha llegado a roncar y todo, afortunadamente la temperatura no es muy baja en esta travesía y no nos quedamos fríos.
Por fin Antonio ha montado la nueva instalación (a pesar del mogollón de cuerdas, cintas,maillones y mosquetón gripado que hay en el último fraccionamiento) y ha llegado a la repisa casi 50 m. más abajo. La cuerda del siguiente tramo de 19m a bajar, está también en muy mal estado, Antonio decide sustituirla por una nuestra, mientras tanto, el resto de espeleólogos vamos bajando y nos reunimos en la base del P69.
Miguel, es el último en bajar, le habíamos indicado que cortara la cuerda de 60 montada por Antonio, desde el tramo de cabecera hasta el fraccionamiento que daba acceso al tramo más vertical del P69, simplemente 3 m. La cuerda que estaba instalada fija a partir del último fraccionamiento, es decir la cuerda original instalada, parecía encontrarse en buen estado y se podía utilizar, de esta forma si Miguel cortaba la cuerda de 60 (quitándole los 3 primeros metros) y bajaba por la fija, recuperábamos 57 m de cuerda y nos la llevábamos.
Finalmente, Miguel, por un malentendido, baja por la cuerda instalada por Antonio y con su navaja, en la repisa a -50 del P69, corta no se muy bien el qué (las orejas y alguna otra parte del resto de los participantes en la travesía parece que salieron indemnes después del corte realizado por Miguel).
A partir de aquí, cambia totalmente el aspecto de la cueva, las dimensiones se reducen notablemente con respecto a las galerías anteriormente recorridas en la parte superior y además se hace mucho más deportiva, con frecuentes trepadas arriba y abajo que obligaban a estar muy atento a cada paso que se daba. La balización de la travesía es perfecta y en ningún momento se producen despistes que produzcan perdidas de tiempo y energías a lo tonto.
Poco a poco la travesía nos va ofreciendo novedades permitiéndonos así descubrir sus secretos y manteniendo siempre el interés, encontramos un curso activo sin apenas agua corriente, pero si agua embalsada que, en mi caso, por empeñarme en seguir esta vía, me hace terminar más mojado de lo prudente.
Poco a poco la travesía nos va ofreciendo novedades permitiéndonos así descubrir sus secretos y manteniendo siempre el interés, encontramos un curso activo sin apenas agua corriente, pero si agua embalsada que, en mi caso, por empeñarme en seguir esta vía, me hace terminar más mojado de lo prudente.
Sin prisa pero sin pausa, vamos confirmando que nuestro progreso por las galerías es el adecuado, reconociendo ciertas partes evidentes descritas en la topografía, así, trepamos al lado de las "almenas del castillo" y pasamos al lado del "monje rojo", no sin antes, haber descansado y repuesto energías comiendo y bebiendo, en una zona muy bonita, cómoda,arenosa y concrecionada, donde también hacemos alguna foto de grupo. Al proseguir nuestro recorrido, vemos marcadas algunas pintadas en inglés en zonas claramente visibles de la pared, "OUT" es su mensaje, quién lo iba a decir, saber idiomas es útil hasta en las cuevas en este mundo globalizado.
El avance por esta zona de la cueva se hace de forma rápida y llegamos por fin al famoso paso sifonante del "duck", los primeros en llegar respiramos aliviados, apenas hay agua y el famoso paso se puede atravesar sin problemas, la salida por el Cuvío de la Reñada estaba asegurada, pero rápidamente y sin dar tiempo a que lo vean los rezagados, montamos un numerito de lamentaciones y juramentos malsonantes, blasfemando contra el jodido paso del "duck" por estar sifonado y ser infranqueable. A más de uno de los rezagados le cambió la cara, nuestra representación había resultado suficientemente convincente, Micky nos maldice, le habíamos dado un susto demasiado grande y apela a más respeto por nuestra parte hacía él, debido a su
condición de hipertenso, pero al ver que todo era un montaje por nuestra parte no puede evitar poner una cara de inmensa felicidad, !!!menuda papeleta tener que volver a salir por la torca del Coterón¡¡¡.
Nos enfrentamos al paso del "duck", como no puede ser de otra forma, cuerpo a tierra y rebozándonos en el barro en mayor o menor medida en función de la habilidad y las fuerzas de cada uno. La salida se hace más larga de lo que parece según la topografía y entramos en la zona de barro, de mucho barro, de muchísimo más barro, rampas con cuerdas de cañamo y algún que otro paso estrecho, por fin aparece el "agujero soplador" y uno tras otro nos vamos mojando de nuevo en mayor o menor medida según habilidades, mientras Antonio graba algunas tomas de video mudo según va pasando el personal. Por fin, como último obstáculo, atravesamos las frías aguas del lago previo al duck, en sentido de entrada, el nível del agua alcanza por lo menos el ombligo sino más y desde luego nos hace estar bien despiertos debido a su temperatura.
De inmediato, al final de una rampa ascendente, se vislumbra la luz del atardecer, bañada con el verdor de las hayas, tras la silueta triángular de la boca superior del cuvío de la Reñada. Nos abrazamos y felicitamos mutuamente por haber conseguido nuestro objetivo y por supuesto nos hacemos una foto de grupo con al menos 1 kg de barro acumulado entre todos de cintura para arriba. Son las 20:00 horas, hemos tardado 7 horas en hacer la travesía a un ritmo bastante sosegado, pero lo más importante es que hemos disfrutado de ella con enorme placer, probablemente repitamos en el futuro.
Nos dirigimos al camino de acceso a la carretera, dónde encontramos a Zaca. Hugo lanza un comentario entre inocente y venenoso sobre recoger las cuerdas del P52 y del P69 ya mismo de la torca del Coterón y mientras se organiza el típico rastrillo espeleólogico a la salida de una cueva de cacharros, cascos, monos, mientras te cambias de ropa, Pepe y Miguel deciden desinstalar y recuperar las cuerdas de torca del Coterón, no sin antes Miguel cruzar una llamada con su mujer.
Son las 20:45, cuando Miguel y Pepe salen con el coche camino de la boca de Coterón. Pepe ya conoce el camino perfectamente, es la tercera vez que sube en el día, solo quizás algún pastor de la zona pueda arrebatarle este pequeño record quizás hasta Guinnes y todo.
Mientras el equipo desinstalador está en la faena, el resto vamos a tomar unas cervezas a un bar cercano que está hasta los topes, no en vano, se televisa la emocionante penúltima y casi decisiva jornada de la liga de fútbol española donde el Real Madrid y el Barsa se la juegan, para sorpresa nuestra, la mayor parte de la gente es seguidora del Barcelona, pero nosotros a lo nuestro, la cerveza y la charla sobre temas espeleológicos. Decidimos volver a Gibaja para unos ir preparando la cena y otros volver de nuevo a esperar a Miguel y Pepe, no sin antes tomar otra cervecita en la plaza del pueblo y después preparando algo de comida y bebida para nuestros héroes desinstaladores.
Zaca y yo nos quedamos en Gibaja, Micky, Antonio y Hugo van al encuentro de Pepe y Miguel al aparcamiento de acceso a la torca del Coterón.
Tras un horario razonable Micky nos llama para informarnos de que ya ven las luces de Pepe y Miguel. Han salido ya de la torca y 1 hora más tarde nos juntamos todos de nuevo en Gibaja.
Resulta que Miguel y Pepe se han despistado volviendo desde el P69 hacia el pozo de entrada de Coterón, no ha durado mucho el despiste, pero han estado 30' conociendo otras galerías de la cueva.
Después de la reconstituyente cena y animada charla espeleológica saborando unos buenos cubatas y mojitos, el sueño empieza a restar miembros en activo. Tras una partida de mus cerramos la velada.
Estoy plenamente convencido de que nuestras aventuras espeleológicas tendrán continuación.
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