Hola amigos:

Espeleo50, es un colectivo de espeleólogos con mucha experiencia y federados en la FME.

Somos ya un poco maduritos, pero todavía con ganas de guerra.

Ahora ya podéis seguir nuestras nuevas aventuras en este blog.

Un saludo,

Espeleo50 team


10.4.09

Mata Asnos

Mata Asnos (28/03/09)
Coordenadas UTM Datum E50: 572.011 4.491.239
Las excusas de unos y la nostalgia de otros, nos hicieron cambiar de destino; en lugar de visitar SC-16, nos subiríamos un poquito más al norte para bajar a la sima de Mata-Asnos.
Muchos del grupo, ya la conocíamos (algunos desde hace 30 años) y a todos los implicados nos pareció buen cambio.Las llamadas pertinentes durante la semana se resumen a: aclarar el rollo de las cuerdas y a, somos 4, no al final 6... Se viene Micky y las niñas, total 8; Que no, que no viene somos 5! Pero viene Felix, pero no entra.... ¿¿pero, cuantos somos??
Al final, el sábado por la mañana, en la "zakhaneta" vamos 4: Perico, Zaca y su esguince, Antonio y yo. De los cuales solo bajamos Antonio y yo (Hugo). De camino llama Felix, al final viene con Dipak aunque para cuando llegue Antonio y yo ya estaremos bajo tierra, no los veremos hasta la salida. Un cafecito y el pan en Villaconejos de Trabaque y sobre las 12:55 estoy montando el pasamanos de entrada, con todo el material distribuido y perfectamente empaquetado gracias al trabajo de Zaca que como está impedido, colabora al máximo conduciendo, porteando, empaquetando y apuntándose a las salidas sin dudarlo, todo lo que su maltrecho tobillo le permite. Antes de entrar advertimos a Perico y a Zaca de que en 4 horas estamos fuera y que un par de ellas de margen. La verdad es que tranquiliza mucho tener "en superficie" una pareja como esta, mucho mejor que tenerlos enfrente jugando al mus.
Tras un cambio de instalación en la cabecera del pozo, desciendo hasta la marmita intermedia, a unos 11 metros, donde fracciono sin usar el pasamanos que te aleja aún mas de la, hoy, inexistente cascada. Después bajo sin dificultad hasta abajo, 12 metros más y doy el libre. Antonio me sigue y cuando llega abajo charlamos y me cuenta que ha alargado un poco la comba de la fracción pues le parecía corta para el ascenso. Sin pararnos nos metemos de lleno en "el meandro", sin duda el paso más duro de la cavidad, de unos 300metros, sus formas nos hacen contorsionarnos, empotrarnos y adquirir mil y una posturas, incomodas todas ellas, que ya de entrada te pasan factura. Para más risa, en los dos pasos en los que se cierra considerablemente el conducto hay dos resaltes de un par de metros cada uno que si bien son destrepables, tienen una cuerda para facilitar la maniobra. Cuando nos acercamos al final, el tramo más inundado, solo nos deja la opción de colgarnos de los pasamanos y tirolinas de acero que están instalados en fijo.

El último de estos pasamano salva una marmita de por lo menos 3 metros de profundidad, pero su forma de ángulo recto la hace complicada de pasar, más aun cuando en la segunda parte la cuerda está atada casi al techo y tienes que remontar subiendo. Es un paso algo dinámico y técnico en el que Antonio tuvo que dar varios intentos, le pasé mi puño porque el suyo iba en su saca y al final tire de él y salvamos el paso.
En la maniobra se me calló un mosquetón al agua; "mala suerte" pienso, falso.Desde esta marmita se montan casi seguidos los P-10, R-3 y P-20 restantes hasta las galerías inferiores. En otra marmita veo una ristra de mosquetones con placas hundidos, de alguien con peor suerte que yo.
Por un momento creemos oir voces, tratamos de afinar el oido. Quizás hay alguien entrando por el meandro. No, no viene nadie. Más trarde sabríamos que lo que oíamos era el agua comenzando a correr porque estaba lloviendo fuera.
Montamos los pozos ya que el resalte está en fijo y según llego a la base del pozo doy libre y me enciendo un cigarrito "made in me" mientras me despojo de todo menos el arnés. Llega Antonio.
Descansamos, comemos, las fotos a las galerías fósiles y ¡LA HORA!. Son las 16:15, si llegamos a "los gours" (objetivo de la visita) y volvemos saldremos muy tarde y preocuparemos a los de fuera, si salimos ya, por lo menos estamos dentro de los márgenes: Al final puede la prudencia: salimos. En poco más de 5 min Antonio está ya subiendo.

Subo el P-20 después de Antonio, lo desmonto son las 16.40 y mientras el sube el R-3 me hago un invento con uña de escalada (muy útil para equipar en espeleo) un cordino, una piedra y un mosquetón. Solo me falta algo de cuerda. Le pido a mi compañero una cuerda que tiene y consigo "pescar" literalmente los mosquetones que encontré al entrar. Tras subir el R-3 y el P10, recupero también mi mosquetón mediante la misma técnica.Mientras tanto mi compañero sufre las dificultades, agravadas ahora por las ganas de salir y el conocimiento de lo que queda por delante, del comienzo de "el meandro" en sentido inverso.
Pasados los pasamanos, llegamos a la cuerda de un par de metros , por la que descendimos desde el laminador superior que utilizamos entrando. Antonio hace unos cuantos de intentos de subir al laminador, hasta que decide que no hay forma que mejor probar a seguir a la misma altura por el meandro. Por aquí sin problemas. Poco después, casi llegando al último de los resaltes de 2 m, Antonio grita: ¡Una saca hundida!. Cuando llego no doy crédito, efectivamente hay una saca en el fondo del meandro, hundida 1,5m. Volvemos a sacar nuestro "aparejo de pesca" y ¡PESCAMOS! La saca y todo el material que contiene se vienen para fuera con nosotros. Las risas duran bastante. En el resalte aun nos reímos más cuando Antonio se da cuenta de que el ha subido tirando de la cuerda mientras que yo he subido empotrando y con dos petates y he llegado antes, me mira y dice: Chaval, tuuu…. ¿qué?, ¿de qué vas? -Te voy a lijar las pegatinas del casco a la que te pase, contesto, y más risas. Unos 50m mas adelante aún nos encontramos, también hundida, una linterna estanca en perfecto estado, no nos lo creemos, esta salida es como ir a por material a la tienda de Ceci, pero sin elegir y sin pagar; "Lo que toque, pero gratis".
¡Animo Antonio! Grito. ¡Solo faltan unos 100m para llegar al pozo de salida! En pocos minutos estoy encarando el primer tramo, fracción, ¡Libre!. Segunda tirada, veo el exterior y ¡NIEVA! Se lo comunico a mi compañero que ya está subiendo y desinstalando. Cuando salgo al exterior, tras el pasamanos, Zaca me pone al día. Una hora después de entrar, el tiempo empeoró a lluvia, de ahí al granizo y de ahí a la nieve. En dos horas bajo el termómetro de 14 ºC a estar nevando copiosamente.Los caminos están a punto de convertirse en barrizales traicioneros y ninguno puede dormir aquí. Hay que darse prisa. Son las 19:30, Antonio no se acaba de apañar para desmontar el tramo final del pasamanos, le pido que salga y me deje entrar a mi a desmontarlo; accede y en poco tiempo estamos en la furgo. Menos mal que por la mañana nos preocupamos de instalar una cinta en la resbaladiza rampita que lleva a la boca de la sima. De lo contrario nos habríamos "reido" bastante tratando de remontar la rampa totalmente cubierta de nieve como estaba.

Tiramos los arneses y las mochilas atrás, saludamos a Felix y a Dipak que está alucinado con la nevada en medio del bosque y ya casi de noche y sin cambiarnos nos vamos.En uno de los cruces de pistas, tenemos que empujar porque patinamos, por suerte se resuelve rápido y bien y al poco estamos en la carretera.

No nos cambiaríamos hasta llegar a Cañaveras, unos 50kms después, por la nevada. Perico reflexiona sobre algo que es muy cierto, me dice: "Hugo, cada vez que te veo nieva". Es cierto y textual.Sobre las 23:30 llegábamos a casa de Zaca donde reorganizamos material en pocos minutos y arrancamos cada uno para nuestra madriguera, Perico y yo juntos ya que se ofreció a dejarme en mi casa.

Giant Panda

Giant Panda (4/4/2009)

El plan del sábado, elaborado con la ayuda de los móviles el viernes como a las diez de la noche, consistía en ir en pandilla -Julio, Eva, Miguel, Manu, Sergio, Ines, yo y alguno de los nuevos- a la travesía Coterón-Reñada (por el ramal Reñada que es el más cortito) Normalmente en 4 o 5 horas se puede hacer la travesía. Pero algo debió pasar entre las 22h del viernes y las 9h 30m del sábado pues cuando llegue a la cita solo estaba Manu envuelto en una nube de humo. Llamamos a Julio que dormía todavía. Al poco llego Inés, que solo traía una cuerdecita, y un poco más tarde Sergio, que traía dos cuerdas de 40. Les propuse cambiar de planes.
Hacía tiempo que soñaba con ir a buscar la sima del Giant Panda, la nueva entrada al sistema de los Cuatro Valles que han descubierto recientemente los británicos y que consigue cortocircuitar Gorilla Walk. El trabajo de los ingleses ha sido magnífico. Localizaron desde dentro de la cavidad un aporte, Windy Inlet, que desemboca cerca del final de Gorilla Walk. Tras varias estrecheces escalaron dos pozos uno de 10 y otro de 30- y con un molephone determinaron un punto en la superficie a unos 7 metros de distancia. Tras arduos trabajos y después de cavar y apuntalar un pozo de cinco metros, en el verano del 2008 pudo completarse la obra y utilizarse como entrada alternativa para las exploraciones del sistema. Así, se hizo accesible en un tiempo razonable, y con dificultades razonables también, las zonas más remotas de la cavidad.
Enviamos un mensaje a Julio camino de Riaño. Pero al final opto por no venir. Nos apeno su ausencia. Aparcamos en el mismo sitio que usamos para ir a la Hoyuca. El día estaba cubierto, pero no llovía, y la temperatura era acogedora. De pronto me sentí feliz caminando por esta zona y buscando la sima, quizás el reencuentro con la cueva que más me atraía hace años poseyera un significado especial para mí. Tenía una vaga idea de donde podía estar la sima gracias a la mirada que le eche a la topo de los británicos hace unos días, pero no tenía las coordenadas ni GPS. Después de un par de revueltas de la pista llegamos a una zona de cabañas con abundantes agujeros y dolinones. Comenzamos por el más cercano mientras Sergio se acercaba a una paisana que extendía estiércol por un prado. La mujer nos informo del lugar al que estaban yendo los británicos últimamente. Le comentamos lo bonita, y bien arreglada que estaba su cabaña y la suerte que tenía de tener un sitio así. Pero estaba harta de trabajar y no lo veía tan bonito como nosotros.
La entrada de la sima esta en una vaguada donde existe un sumidero intermitente. Los británicos no solo han tenido que excavar un pozo vertical de unos cinco metros sino que se han visto obligados a apuntalarlo con tablas, tubos de hierro y palieres para que no se derrumbe. Daba mucha grima meterse debajo de todo aquello. Pensamos que lo mejor sería entrar de uno en uno. Al fondo del pocete -que se destrepa sin problema- una estrecha gatera permite pasar a un ensanche donde realmente comienza la instalación vertical. Hay que tener un exquisito cuidado con las piedras y con la roca, quebrada en multitud de lugares, y que con poco que roces puede desprenderse y caer a la sima golpeando la cuerda o a un compañero. El primer tramo tiene un par de fraccionamientos y un desviador pero la verdadera dificultad es la hinchazón de las cuerdas. Costaba un gran esfuerzo conseguir deslizase cuerda abajo. Tras otro cómodo pozo de unos diez metros se acababan las verticales con cuerda.
Durante un rato busqué la continuación por todos los rincones hasta que tuve que aceptar que para seguir había que pasar una estrechez. Al otro lado me paré, esperando a Inés y Manu, acompañado por Sergio. El lugar era incómodo, había que empotrarse en una zona vertical con pequeñas repisas y mucha humedad que nos iba empapando poco a poco. Creo que debimos esperar por lo menos media hora aunque quizás se acerco a una hora. Sergio blasfemaba de vez en cuando mientras yo trataba de concentrarme en pensamientos que me ayudasen a escapar de la situación . Me sumí en un mutismo mantenido. Por fin escuchamos a nuestros compañeros. Como era de suponer les había costado mucho bajar la cuerda hinchada.
El resto de la sima consistía en un bonito, sinuoso y limpio meandro con varios pasos que se destrepan. Finalmente un último tramo rectilíneo con una estrechez especialmente incómoda te deja sobre un laguito a unos 150 metros del final de Gorilla Walk. Sea como fuere el agua no pasaba de la rodilla pero fue suficiente para inundarme las botas de goma. A partir de aquí no me importo mojarme pues ya estaba mojado. Poco después nos reuníamos todos y proseguíamos aguas abajo. Para evitar un lago de aguas profundas remansadas localizamos un laminador a la izquierda que se resolvió entre unas formaciones. Unos metros más allá alcanzamos las playas de Second River Inlet. A partir de aquí cambia por completo el aspecto de la cavidad. Las galerías son anchas y altas con hermosas playas y formaciones de vez en cuando. Aunque hacía varios años que no iba hasta Astradome me acordaba bastante de los pasos clave y les propuse llegar hasta allí.
Al principio seguimos el río principal hasta una desviación arenosa que nos condujo por un sistema de gateras. Así llegamos al punto donde se accede a Third River Inlet. Continuamos avanzando por este río aguas abajo mientras las galerías iban ganando en tamaño. Una galería fósil a la derecha nos despisto durante unos minutos. Luego alcanzamos una zona en la que la galería -ya sumamente ancha- tiene taludes de arena por los que se va a media ladera. El hambre y el cansancio empezaron a hacer mella. Les dije que faltaba menos de media hora para Astradome. Se rieron de mi afirmación.
Íbamos muy atentos para coger una desviación al río que durante un rato sigue una galería reducida con algunos remansos. A la salida de este pasaje la galería volvió a ser ancha y cómoda. Ahora si estaba seguro de que faltaba poco. Al alcanzar Fourth River Inlet confirme que solo quedaban cinco minutos para Astradome. Como no me creyeron les pregunte si notaban en ese punto algo característico. Les llamé la atención sobre el nuevo afluente que llegaba por la derecha en una curva a 90º.
La reverberación en Astradome es salvaje. Un cilindro de quince metros de diámetro y más de cien de altura conduce una pequeña cascada por su eje central. Mis compañeros -que nunca habían estado en un sitio de estas características- gozaban dando grititos y voces. A mi me gusta un ulular corto que casi me permite oír el eco. Me dedique un rato a practicar. Magnifico. Nos comimos las provisiones allí.
La vuelta se hizo muy corta gracias a la sensación de conocido. Los pasos estrechos nos costaron más en la subida de la sima. Las verticales con cuerda, sin embargo, fueron muy cómodas. En un momento estábamos fuera Manu y yo. Pero hacía mal tiempo y había refrescado. La espera de los compañeros se hizo pesada. Eran las cinco y pico.
Totalmente satisfechos de la actividad realizada volvimos a Solares donde nos esperaban los coches. Manu e Inés pensaban ir a la barbacoa de Eva. Sergio y yo nos fuimos a nuestras casas respectivas. Sin ningún genero de duda volveremos por la sima del “Panda Gigante”, en pandilla o sin ella, para conocer las profundidades de la Hoyuca...

Mujeres

Mujeres (28/3/2009)

Fue un fin de semana loco. A la vez estaba nublado y salía el sol. La tierra humeaba de calor mientras caía una nevada. El viento te atravesaba de frío mientras te quemabas al sol. El viernes por la tarde fui con Amelia a inspeccionar un nuevo sector de escalada en Caloca. Para alcanzar una zona de descuelgue me metí en una escalada no muy difícil pero con la roca descompuesta. Para asegurar metía clavijas donde podía. Donde se acabo la roca empezó una canal de hierba peinada hacia abajo y muy vertical. Para no matarme puse un clavo y me baje. Al día siguiente encontramos el acceso adecuado por una cornisa herbosa en la que basto instalar un pasamanos...A las dos de la tarde se avecino un chubasco de nieve y nos fuimos
Como al día siguiente las previsiones del tiempo eran las mismas quede para ir a una cueva con Marisa y Eva. Para no alargar demasiado la salida nos fuimos a la cercana Cueva de Torno en Solórzano. El tiempo se presentaba muy similar al del sábado. Habían cambiado la hora y mientras recogíamos a Eva ella pensaba que eran las nueve cuando realmente eran las once hora oficial. Todo lo necesario para ir al Torno eran tres cascos y tres monos. Eva decía que el casco le estaba grande y que quería el suyo blanco, pero la convencí de que ese podía ir bien (de hecho no protesto ninguna otra vez) Mientras tanto Marisa se recomponía el tocado bajo el casco. Lo que más me sorprendió fue el modelo de mallas que Eva usaba bajo el mono exterior. Blancas y floreadas.
Marisa fue la primera que llego al agujero de entrada. Después de un tobogán tomamos a la izquierda a nivel y por encima de un desfonde que las cogió por sorpresa llenándolas de pánico. Llegaron a decir que se caían. Bueno, después de esto se tranquilizaron. Un par de metros más allá de la primera estrechez se dieron cuenta que la corriente entrante nos traía toda la polvareda que íbamos levantando al progresar cavidad adentro. Las consolé diciéndoles que la cueva luego se hacía más ancha y que no se notaría ya el polvo. En las sucesivas estrecheces hasta salir de Tigger Series tuvimos la misma polvareda. En esto se notaba el tiempo seco que había predominado en las dos últimas semanas.
Eva me paso su cámara para que hiciese alguna foto. Y me pidió que explicase “algo” según íbamos avanzando por la cueva. Les explique la formación de esos meandros -meandros fósiles- estrechos y altos en los que ya no circula ningún agua. Cuando llegamos al comienzo del pasamanos desfondado descendimos al nivel activo por un paso entre bloques. Así quedo más clara la explicación con un ejemplo. Recorrimos el río aguas abajo hasta las inmediaciones de Torno Chamber. A pesar de que circulaba muy poca agua los últimos metros antes de la sala, donde desagua el río de Rampant Rabbit, consisten en un laminador extremadamente bajo que obliga a arrastrarse por el arroyo. Abandonamos el intento de llegar a la sala más grande de la cueva... y volvimos por el meandro fósil hasta enlazar con la entrada a Andy’s Back Passage. Como no tenía nada claro su grado de determinación les expuse -algo exageradas- las dificultades de las gateras. Se mostraron firmes en conocer las galerías grandes a pesar de las dificultades.
El primer tramo fue el que motivo más protestas. Pero el león se convirtió en gatito y no fue tan fiero como lo pintaban. Con habilidad nos manchamos poquito. El premio por el esfuerzo mereció la pena. Las banderas -o cortinas- de The Posture of Progression forman un grupo espectacular con diferentes notas. Pero estas cortinas son demasiado frágiles para arriesgarse a darles golpecitos. Caminamos en fila india por los senderos marcados y recorrimos desde Skull Chamber hasta la escala donde termina la galería. Encontramos una semilla de manzana germinada en el lugar donde comimos unas semanas antes. Eva se excito haciendo fotos por todos lados. Como era de esperar las fotos con flash en ambiente amplios tenían brumas o estaban tostadas y/u oscuras y las que no tenían flash estaban, en su mayoría, movidas. Pero algunas salieron más o menos bien.
Poco después de las tres estábamos fuera. Había llovido bastante. Eva me aseguro que las cuevas estaban muy bien como actividad alternativa pero que si hacía buen tiempo ella prefería las montañas. Marisa me confirmo una opinión similar. Bajo estas condiciones no pude conseguir que firmaran por una estancia en la Red del Gándara con dos vivacs...Como a las cuatro dejamos a Eva al lado de su casa.